A estas alturas, nadie debería tener dudas ya sobre si es mejor utilizar los estándares w3c para crear documentos para internet o no hacerlo. Saliéndonos de internet, creo que no cabe duda sobre la utilidad que los estándares han aportado (desde que surgió cada uno de ellos) en otros sectores o actividades y también queda demostrado el caos que se puede llegar a formar si cada uno crea o utiliza su "propio estándar".

Comencemos por el principio:

¿Qué es el w3c?

Por dar una definición propia, sin tirar de wikipedia, puedo decir que el w3c es un organismo mundial, formado por diversos miembros (asociados, desarrolladores, instituciones, empresas de tecnología, etc); los cuales se dedican a poner un poco de orden en diversas tecnologías (XHTML, CSS, XML, javascript, etc) y unificar en una sola, todas las formas de utilizar una tecnología concreta. La meta es interoperabilidad correcta entre diversas plataformas, correcto acceso al contenido, separación de presentación y contenido, accesibilidad web, etc; entre otras cosas.

El w3c tiene muchas oficinas repartidas por todo el mundo y las discusiones sobre las diversas tecnologías no cesa jamás, por lo que hay que estar bastante al día sobre las últimas novedades de las tecnologías en las que estés implicado.

Los estándares en páginas web: (X)HTML y CSS

Uno de los temas fundamentales que tratan es sobre la mejor forma de crear páginas web y que esté unificada. La manera correcta de llevarla a cabo es olvidarse de editores WYSIWYG, coger la referencia de (X)HTML y CSS y comenzar a maquetar el documento en nuestro editor de textos favorito, en base a las recomendaciones del w3c.

(X)HTML
Tanto XHTML como HTML, son lenguajes de marcado de hipertexto. Gracias a éstos lenguajes podemos marcar los diversos contenidos de nuestro documento; y darles significado más allá del texto que contienen. Por ejemplo, la etiqueta strong, indica que el texto que contiene ha de ser marcado como más importante. En el caso de navegadores normales como firefox o ie, lo mostrarán en negrita; mientras que los navegadores de voz (para personas invidentes), leerán con más fuerza esas palabras.

Es importante utilizar el marcado correctamente y con cabeza: utilizar encabezados, párrafos y listas cuando sea necesario y las tablas únicamente para mostrar datos tabulares. Cada elemento (X)HTML existe para dar una funcionalidad que el resto de etiquetas no puede dar. Usemos cada elemento para lo que fue concebido.

El XHTML/HTML no sirve para colorear los textos o los fondos de página: para todos los temas de estilos tenemos las hojas de estilo.

Hojas de estilo (CSS)
Una vez hayamos moldeado nuestro documento con XHTML, ya tenemos el contenido y podemos acceder desde cualquier navegador. Sin embargo, el aspecto que presentará será el más feo posible: los estilos por defecto, fondo blanco, texto negro y poco más. Pero eso tiene solución.

Todos esos estilos podemos modificarlos a nuestro gusto, y con gran precisión, gracias a las hojas de estilo. Una hoja de estilos es un documento escrito en un lenguaje de estilos determinado (CSS para (X)HTML, XSLT para XML, etc),  que permite modificar el aspecto y ajustarlo a un determinado diseño que nos hayan pasado nuestros compañeros creativos.
Utilizar XHTML y CSS, bien utilizados,  garantiza la separación entre presentación (CSS) y contenido (XHTML) y unifica el aspecto que tendrán todos los documentos XHTML que lleven vinculada una hoja de estilos concreta.

Conclusiones

Pese a que todo es tan obviamente útil, aún queda mucho camino por recorrer para que los estándares del w3c formen todos y cada uno de los documentos que conforman internet. Quizás, hasta sea una tarea imposible. En cualquier caso, en estilorama, apostamos por los estándares w3c: nacimos ya utilizándolos y asi seguirá hasta que se encuentre y demuestre otra metologia mejor.

Saludos